Lo que el colegio enseña y lo que tu hijo aprende
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Te propongo este ejercicio de imaginación: visualiza a un maestro o una maestra en un aula con niñas y niños de 6 o 7 años.
Supongamos que el 20% de la clase está atendiendo con interés. El resto no entiende o perdió el hilo.Algunos buscan una salida al aburrimiento y se tropiezan con una maravillosa mosca o cualquier estímulo insignificante.
El 20% que ha mostrado interés está recibiendo una información del tipo: “multiplicar consiste en sumar un número determinado de veces la misma cantidad. Por ejemplo, tres sacos de 15 manzanas… bla, bla, bla.”
Tanto el 20% de los alumnos que atienden como el 80% restante, todos están aprendiendo al mismo tiempo las 3 cosas que enumero a continuación, que no tiene nada que ver con lo que el maestro enseña, independientemente de cuál sea su nivel de motivación en la materia:
1. Aprendizajes sobre el papel del docente:
Lo que dice el maestro es lo que hay que hacer y punto.
Para explicar algo hace falta una pizarra y estar de pie.
Quien enseña tiene que ser más mayor que quien aprende.
En un libro de texto hay por escrito lo mismo que el maestro explica. Por lo tanto, enseñar es decir en voz alta lo que viene en un libro. El maestro viene a ser una mezcla entre audiolibro de texto y segurata.
2. Aprendizajes sobre el papel del alumno:
Aprender se hace sentado, quieto, con una mesa y un libro de texto delante, sin moverse y sin hablar.
Si atiendes y haces lo que dice el maestro, tienes un trato ventajoso, lo contrario implica llamadas de atención, etiquetas, voces, broncas y castigos.
Aprender es algo unidireccional: proviene del enseñante, que lo sabe todo.
El acto de aprender es una obligación, no una elección personal.
Es más importante aprender que entender.
Sólo puedes aprender si te enseñan. Aprender se da en una relación de dependencia.
Atender al maestro es ser bueno. Aprender lo que dice te hace ser inteligente.
Sacar buenas notas te convierte en un buen hijo. Estás a la altura de tu familia. Sacar malas notas hace que tus padres sientan vergüenza de ti y/o culpa.
3. Aprendizajes sobre el conocimiento:
El conocimiento nos viene dado y no lo podemos poner en duda ni crear por nosotros mismos.
El conocimiento no lo ha creado nadie, tampoco el maestro, que no deja de ser un simple medio para hacerlo llegar al alumno.
Todo el conocimiento está clasificado por asignaturas.
La elección de lo que debes aprender en cada momento es algo que no se sabe a quién corresponde. ¿Quién decidió lo que tenía que aprender hoy? ¿Lo decidió el maestro? ¿El libro de texto? ¿El programa del colegio? ¿La Administración Educativa? No se sabe. Por algún motivo cósmico, hoy toca aprender qué es multiplicar.
Aprender es algo académico.
Los niños aprenden a pesar de los maestros y a pesar de los programas educativos. Aprenden lo que ven.
Lo único que parece importante es enseñar contenido curricular, independientemente de lo que realmente acaban aprendiendo.
Todas estas cosas, y otras muchas que no he añadido para no agigantar la lista, son aprendizajes dañinos y graves que están fuera de control en el sistema educativo convencional.
CÓMO CONTROLAR LOS APRENDIZAJES QUE NO SE ENSEÑAN
Imagina a un docente que pone en práctica esta realidad: el conocimiento lo creamos entre todos.
Entonces los niños interesados en la materia, aprenderán, a parte de la misma lección de matemáticas, que su trabajo es útil para que otros aprendan.
Si el maestro/a pregunta: ¿qué queréis aprender hoy? ¿qué es aquello que no sabéis por qué ocurre o para qué sirve?, y a partir de las respuestas organiza una clase donde intercala la lengua, las matemáticas, las ciencias, el arte o lo que sea, entonces los niños aprenderán que el aprendizaje es útil, que depende de una elección personal y que las áreas de conocimiento están interrelacionadas.
Si, además, pone a disposición de los niños la posibilidad de buscar la información por ellos mismos, entonces éstos aprenderán que la información está accesible y que no dependen de nadie para disponer de ella.
Imagínate que el sistema educativo tuviera como principal objetivo dar contención afectiva a los niños, una escucha de calidad y una validación personal a cada uno sin importar su nivel de atención ni de progreso académico.
Imagina a un maestro preparando minuciosamente su postura y lo que transmite con sus gestos, su manera de relacionarse con los niños a través de su voz y el significado de los lugares físicos que ocupa en el aula... ¿Esto se da en magisterio?
Pueden preparar con detalle los elementos del aula:
¿Qué propósito tiene cada objeto, cada color, la disposición de las mesas y las sillas…?
¿Qué propósito tiene la ausencia de plantas, cojines, calzado cómodo y música ambiente?
¿Y la no-visita frecuente de compañeros de otras clases o de familiares o expertos en diferentes áreas?
Lo que hay y lo que no hay, todo cumple una función en el desarrollo de los niños y en su manera de entender la educación y su papel en el mundo.
Los maestros pueden tomar decisiones anticipadas sobre la forma en que los niños se van a mover y van a interactuar entre ellos, sobre cómo redirigir la propia frustración para que no dañe el ambiente.
Los maestros no son culpables.
La mayoría de nosotros interiorizamos de pequeños esta forma de entender la educación, y después, los maestros recibieron una formación en esta misma línea, y entraron a formar parte de claustros cuyos compañeros hacían más de lo mismo.
No hay culpables, simplemente hay mucho que hacer.


LA PROPUESTA ESCOLAR DE MARÍA MONTESSORI
María Montessori, quizás gracias a que no estudió Magisterio ni nada por el estilo, creó un ambiente en el que los niños pudieran elegir entre un amplio rango de opciones de aprendizaje adaptadas a su etapa, tener una experiencia sensorial y social, observar, e ir creando su propia manera de llegar a cada hito personal en su desarrollo.
Todas y cada una de los cientos de presentaciones que se hacen a los niños entre el año y medio de edad y los 12 años en un colegio Montessori, cumplen un objetivo directo y otro indirecto. El directo es percibido por los niños.
El objetivo indirecto es una preparación inconsciente a través del movimiento o la relación de conceptos para otra habilidad o conocimiento posterior. Casi cualquier actividad del área de vida práctica tiene como objetivo indirecto la preparación motora para la escritura, por la manera en que se presenta.
Todo el ambiente Montessori es un acto completo de responsabilidad por parte del adulto, de los aprendizajes directos e indirectos que los niños reciben cada día.
La diversidad de movimientos y su refinamiento conducen a crear una red neuronal muy desarrollada y, por lo tanto, abren las puertas de la abstracción y la actividad intelectual.
Estas actividades sensorio-motoras en un lugar donde las relaciones sociales están presentes todo el tiempo, las convierte en algo placentero.
Este entrenamiento, que no es simplemente impartir una lección, no figura en los libros de texto.
No consiste en tener una asignatura para eso, sino que todas las asignaturas, todo el conocimiento, tienen un origen motor, sensorial y social.
Y entonces, ¿qué puedes haces ahora si, sabiendo esto que te he contado, tus hijos van a un colegio tradicional y están aprendiendo todas estas cosas que escapan al control del adulto responsable?
Mi propuesta es reducir la presencia del colegio en la casa quitando peso a los deberes y tratar de suplementar todas esas carencias. Por ejemplo, ofrecer actividades motoras, sensoriales (cocina), creativas, juego, recursos de aprendizaje autónomo (libros de diferente tipo a su alcance), contarles historias que puedan responder a sus posibles dudas, escucha atenta y cariñosa, etc.
Un fuerte abrazo,
Rafa


Desde que en 2015 abrimos nuestro colegio Montessori en Granada, hemos aplicado diariamente 10 consejos clave que nos dejó Maria Montessori con los niños para ayudarles a:
Generar en ellos una manera de estar en el mundo positiva
Juzgarse menos y confiar más en sí mismos
Crear un entorno donde se sientan seguros y aprendan a confiar en los demás
Realizar cosas por sí solos como parte de su aprendizaje
Obtén GRATIS mi guía de “10 consejos Montessori” con ejemplos prácticos de cómo los aplicamos en nuestro cole para ayudaros a que vuestra relación con vuestros hijos o alumnos crezca y florezca día a día.
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