Cómo detectar tus miedos y aumentar la confianza

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Tus hijos, se pasarán la vida tomando decisiones según TUS miedos en lugar de hacerlo según SUS sueños.

Esto es fuerte soltarlo así, nada más empezar, pero sucede aunque no lo queramos y aunque seamos conscientes de ello. 

La lealtad hacia los padres y madres, guía la toma de decisiones, los gustos, las aficiones y a veces hasta la ideología y las creencias.

Esa lealtad para pertenecer a tu propia familia, te hace elegir la carrera que no querías, elegir el trabajo por el que tu padre o tu madre siente seguridad y satisfacción, elegir una pareja aceptada por ellos, etc.

Tu estilo de vida irá encarrilándose hacia un estilo heredado.

María Montessori provoca un quiebre en esa relación de lealtades y apuesta por el desarrollo de la individualidad para que cada cual sienta la libertad de elegir desde el principio.

Los niños en la escuela montessoriana tienen la oportunidad de elegir.

Aprenden que aprender es una elección.

Aprenden lo que eligen aprender, y de esta manera, los miedos de sus padres pierden peso frente a su criterio personal y a su vocación.

Tal vez nunca lleguemos a despegarnos por completo de esos miedos heredados, porque los miedos de nuestros modelos de referencia son implacables y se expresan a veces sutilmente: con ironías, con chistes, con juicios, con expresiones de desaprobación, con enfados...

Pero si al menos en el colegio existe la posibilidad de elegir, si el miedo a equivocarse se reduce a la mínima expresión porque no hay notas ni se señalan los errores, entonces estaremos trabajando en la autoconfianza, y ese es el mejor antídoto a cualquier miedo heredado.

El miedo es complejo. A veces está en el inconsciente vital (es lo que hace que un ave no se estampe ni una cabra salte al vacío desde un precipicio), otras veces está en la memoria propia de una mala experiencia, en otras ocasiones tiene que ver con algo que te han contado, otras es el reflejo de un miedo ajeno que ha penetrado en nosotros con la participación de nuestras neuronas espejo, o vaya usted a saber... 

Lo cierto es que el miedo, tenga la forma que tenga, guía nuestras acciones. Y cuando tenemos hijos, se lo transmitimos a veces de forma consciente y la mayoría, de forma inconsciente, para guiar sus acciones.

MANTENER VIVOS LOS SUEÑOS POR ENCIMA DE LOS MIEDOS 

La gente que no perdió la capacidad para soñar, y que, además, alcanza sus sueños, muy probablemente haya tenido cerca a alguien diciéndole: tú puedes.

Por cada persona que dice a un soñador “tú puedes”, hay quince o veinte que le dicen: “¿Y por qué no buscas algo seguro? ¿Por qué no lo dejas? ¿Qué ganas con esto?”.

Pero el soñador oye al que le dice “tú puedes”, y se pasa por el forro el resto de todas esas voces autorizadas y aleccionadoras que le dicen el camino seguro que debería tomar, que es el camino del miedo ajeno.

LO QUE LE PASÓ A MARÍA MONTESSORI

María Montessori tenía un padre que le decía que no hiciera la carrera de medicina porque no era propio de una mujer, y se avergonzaba de su hija. Hace 130 años las mujeres no estudiaban.

Aún así, le ayudó a regañadientes para que pudiera acceder a la carrera, intercediendo con el Rector de La Sapienza, pero no le dio la menor palabra de aliento durante sus duros años de estudio.

Su madre, sin embargo, veía las cosas de otra manera.

Renilde Stoppani se sentía orgullosa de ella por su valentía, tesón e inteligencia. Tal vez le hubiera gustado hacer lo mismo que su hija, pero no se atrevió. Vete a saber.

Durante la carrera de medicina el único apoyo que tuvo para estudiar en un entorno de discriminación y rechazo se lo proporcionaba su madre. Su madre confiaba en ella. 

Recomiendo leer la novela biográfica de María Montessori “La escuela de la vida”, de Laura Baldini. Te da una idea de los años en los que tuvo que tomar las decisiones más duras, y los años previos al arranque de su éxito pedagógico mundial.

Cuando terminó la carrera y salió en toda la prensa italiana por ser la primera mujer médica de Italia, entonces su padre sí se sintió orgulloso de ella.

¿Hay que esperar a que tu hijo triunfe para sentirte orgulloso de él… o puedes sentirte así ya, en todo momento, decida lo que decida, haga lo que haga?

Gracias a ese empuje, a esa capacidad de seguir sus objetivos desde las derrotas y desde los éxitos, aquella mujer, que murió en 1952, cuya madre la apoyó en su “salida del sistema”, nos dejó un legado educativo de un valor incalculable, basado en el respeto y la confianza.

María Montessori, de una u otra forma (no con estas palabras), nos transmite estas 10 ideas respecto a la confianza en los niños:

  1. Los niños toman sus decisiones y los adultos las respetamos, siempre que no les lleven a situaciones de peligro evidente o supongan un acto de maltrato hacia nadie ni nada. 

  2. Nuestra ayuda innecesaria no sólo evita la conquista autónoma de una habilidad, sino que también es una muestra de desconfianza y un daño a su autoestima. 

  3. Ganar y perder son dos formas de ganar: con la primera se conquista el objetivo y con la segunda se conquista el aprendizaje, la precisión y el disfrute del proceso. Creemos en ellos por igual ganen o pierdan, tengan éxito o no. 

  4. Nunca les reprendemos un error que hayan tenido, ni lo exponemos a los demás. No comparamos a un niño con los demás ni para bien ni para mal. Ni siquiera lo comparamos consigo mismo. “Con lo bien que te portabas antes…”. Como me dijeron una vez: CADA NIÑO ES UN NIÑO NUEVO EN CADA MOMENTO. 

  5. La inocencia es ese estado inicial en el que el amor aún no se puede esconder. Sentimos orgullo de ese valor. Orgullo de su infancia, de su transparencia, su niñez y sus particularidades. Nunca vergüenza. Si sentimos vergüenza, es porque lo estamos comparando con los demás, o con nosotros mismos, o con nuestras expectativas sobre él/ella. No lo compares con nadie ni con nada y sentirás amor, orgullo y confianza. 

  6. Tu preocupación por sus capacidades es una muestra de desconfianza. Si confías plenamente, no te preocupa el ritmo al que se va desarrollando. Por eso respetamos sus ritmos, porque confiamos en ellos. Confiamos plenamente en los niños que tienen cualquier tipo de discapacidad o necesidad especial. Todos los seres humanos son más y menos capaces para unas cosas que para otras. Más y menos dependientes. Todos merecemos la plena confianza. 

  7. Le escuchamos. No anticipamos lo que creemos que ha pasado. Primero le damos la palabra y la validamos. Y después preguntamos nuestras dudas al respecto. 

  8. Su NO es importante. Su NO es un acto de dignidad consigo mismo, de establecer qué es invasivo para él/ella en cada momento, y de mostrar su identidad. Validamos su NO. Lo contrario es crear una personalidad sometida, incapaz de decir no. 

  9. Decimos “tú puedes” si sabemos que puede. Si sabemos que no puede, entonces decimos: “¿qué necesitas para conseguirlo?”. 

  10. Porque confiamos en ellos, no les mentimos

A María Montessori no sólo nos dejó un legado pedagógico.
Fue un ejemplo de valentía, de fuerza, de confiar en sí misma, de elegir lo que quería hacer, independientemente de las opiniones o de lo que fuera correcto o incorrecto para la época.
Tuvo derrotas y obstáculos continuamente, pero se levantaba siempre.

Desde que en 2015 abrimos nuestro colegio Montessori en Granada, hemos aplicado diariamente 10 consejos clave que nos dejó Maria Montessori con los niños para ayudarles a:

  • Generar en ellos una manera de estar en el mundo positiva

  • Juzgarse menos y confiar más en sí mismos

  • Crear un entorno donde se sientan seguros y aprendan a confiar en los demás

  • Realizar cosas por sí solos como parte de su aprendizaje

Obtén GRATIS mi guía de “10 consejos Montessori” con ejemplos prácticos de cómo los aplicamos en nuestro cole para ayudaros a que vuestra relación con vuestros hijos o alumnos crezca y florezca día a día.

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